Textos sin errores, nuestra mejor presentación.
La escritura puede usarse como carta de presentación y refleja muchas cosas de nuestra personalidad. De ahí la importancia de un texto bien redactado, sin errores tipográficos ni ortográficos. Además, si hablamos de textos técnicos cobrará importancia también la exactitud de la terminología utilizada. Para todo ello, es vital una revisión exhaustiva así como la consiguiente corrección cuando corresponda, y poder garantizar una concordancia global a nivel de contenido y de uso del lenguaje.

Primero revisión, luego corrección.
En primer lugar, es necesario una lectura general del texto origen para reconocer la tipología y la terminología específica correspondiente, así como el tono del lenguaje para identificar al público destinatario. Con ello seremos capaces también de reconocer las partes del contenido más complejas y así centrarnos en ellas. La labor de la corrección vendrá luego, sobre el texto traducido, donde tendremos que realizar un minucioso análisis a través de varias lecturas.
Sólo corrección.
En muchas ocasiones se requiere tan sólo una corrección del texto final (mayormente en español para traductores-correctores de lengua materna española) para su porterior presentación. Es decir, no es necesario que el texto en cuestión sea una traducción.